lunes, 20 de mayo de 2013

La Laguna.

La laguna destilaba luz, no era un luz turbia, habia llovido, y las nubes muy caprichosas dibujaban un abanico de formas en el cielo. Ls había de todos los tipos y formas, algunas con forma de algodón, se posaban sobre alguna colina cercana como tocándola u durmiendo en ella tan serena, y luego estaban aquellas tan altas, unas grisses , otras doradas, y algunas llenas de luminosidad. El Aire era fresco, no había polución, las nubes de mosquitos llenas de vida, aleteaban encima del trite sendero. Yo escuchaba el sonido de los ánades y otras aves, todas tenían por allí sus nidos escondidos, inaccesibles, pero llenos de vida. Mientras tanto, en la laguna las olas, pequeñas olas que movía la tímida brisa hacían un sonido de campanillas dentro de mi corazón, cada vez que rompían allí en la orilla, fundiendose con la luz del atardecer en mil tonos de colores , grises y azules. Una antigua grúa sobresalían de sus aguas en la parte menos profunda, era dificil saber su antiguo uso, éstaba oxidada, e inmóvil, casi cubierta por la superficie libre de ella. Realicé fotografías, de las olas, del sendero, de la grúa enigmática..., y hasta de los pequeños trocitos de ramas que flotaban allí casi sin moverse del sitio en la olvidada orilla. La suave brisa , tejía olas de viento sobre los campos de trigos, que se movían alegres, tanto los verdes , los rojos u los amarillos,( no sabía yo entonces que lo trigos podian ser rojos antes de morir...): arranqué entonces uno, para cercionarme, para saber que aquello era real, y sí le, vi de cerca, era casi rojo, color vino tinto, e imaginé como iría muriendo casi hasta hacerse tan dorado y blanco com el Sol. Me alejaba, de aquellas aguas, resplandecientes al atardecer, la vi alejarse , la dejé atrás. Atravesé el camino, vi más campos, y más campos, algunos ya segados al sol,en ellos: montañas y montañas de espigas,todas cortadas sobre el tierra, de un color blanco, casi dorado, yacía allí para ser amontonadas , no sé, quizas pasto, quizás nada..., otro enigma. La laguna desapareció del horizonte, volvió el sendero, aparecieron las rojas amapolas a contraluz, brillando al sol, se perdían entre paisajes de verdes trigos, mezcladas con otras flores, me adentré en ese paraíso de color y volvi a realizar fotografías, mientras las hortigas arañaban algún trozo de mi piel, y pequeños cardos enanos, crecían por igual, florecidos de unas moradas y bellísimas flores en todo su esplendor, de un morado- violeta muy muy nítido. Extrañamente no me dió el asma, ni mi alergia a las gramíeneas hizo el más leve acto de presencia, no se si soñaba o no, esto no me cuadraba, ¿ serían aquellos verdaderos trigos?, sería que mi alergia curó? ¿ acaso yo entonces no era asmática ya??? Acaso los trigos tan verdes, y aquellos segados no tenían un apice de semillas, ? Acaso el viento me engañó? Puede ser, que aquellos trigos, solo fuesen verdes, e incluso los rubios trigos, estuviesen engañando a la Razon, mi razón, pero tengo fotos, están las fotos. Algún día despertaré , las veré, y descubriré , si aquellos trigos solo estaban sembrado en mi alma, y no en aquella bella tierra que pisé.

4 comentarios:

  1. Así que vos también tenés alergia asmática
    Hermoso relato de algo maravilloso que realmente te pasó...como sea te pasó
    Trigos sembrados en tu alma...preciosa imagen

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  2. De qué, del asma?, o de los trigos que vi sembrados en mi corazón?

    Besos, gracias por tu visita aquí.

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