La tarde se marchita entre azucenas, el sol se posa sobre una hoja de olivo.
Cantan al aire la gentes del pueblo, porque la recogida de la aceituna ya acabó.
Aceitunas negras
darán lugar
al oro verde
oro dorado
de un pueblo
que sepultado en el
olvido
grita al aire
sus lamentos.
Buenos días, Amapola Azzul:
ResponderEliminarMe pareció inmejorable el poema que dejaste ayer en el blog de TORO SALVAJE.
Te enlazo la música que me ha sugerido esta poesía de la entrada.
Un abrazo
Es preciosa, gracias.
ResponderEliminarBesos.
Oro y olvido no estarán juntos mucho tiempo en un mismo pueblo.
ResponderEliminarMe ha gustado la poesía.
Besos.
Me encanta es el lamento de quienes debería estar mejor, besos!
ResponderEliminarMe parece interesante como abordas el tema de los olivos, tanto que dan al mundo y tanto que quizá quitan a algunos.
ResponderEliminarSaludos.
¿por qué hoy me recordaste a Lorca, los aromas del sur?
ResponderEliminarbesos,
Puede ser, besos.
ResponderEliminarMe gusta mucho Lorca poeta, no se si tendrá algo que ver, y que soy andaluza. No sé. Un beso.
ResponderEliminarHola Amapola, aquí en mi ciudad y con tanta lluvia, queda una "jartá" para que termine la vará.Bonito lo que acabo de leer.
ResponderEliminarAndaluza, eh!!! ¿Que te apuestas a que las dos somos:
"Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma, ¿quién,
quién levantó los olivos?...
Por cierto, me vuelve loca ver tanto blog tuyo, ¿cómo te las arreglas?
Besiucos muchos.
Ni idea...
ResponderEliminarUn beso¡¡¡
Gracias por tu visita.¡