lunes, 4 de febrero de 2013

Relato: El Precicipio y las Rocas.

El Precicipio: Al borde del Precicipio se hayaba ella, algo le impedía dar el paso, algo sujetó su corazón, No eran esos buitres leonados que daban vueltas sobre su cabeza. Ni el estómago vacío ni la piel ya pegada a los huesos por falta de alimento. No era eso. pensó en el Amor de Dios, eso la impulsó a no dar ese paso en medio del vacío. Y el vacío suspiró aliviado. Rocas: En el fondo allá a lo lejos rompían las olas del mar sobre la Solitaria Roca. Un abrazo.

5 comentarios:

  1. Cuando uno se halla al borde de precipicios, debe retirarse cuanto antes. Cualquier cosa que salve es buena y la fe es un potente sostén.
    Un abrazo, Amapola, y encantada de conocerte.

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  2. Gracias a las dos por vuestra visita.

    Un abrazo.

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